PÁGINA INFORMATIVA

martes, 11 de febrero de 2020

Política, símbolos y ciudadanía

Desde esta ventana ciudadana se aprecian aires distintos en la política municipal. También los titulares de los medios subrayan los acuerdos por unanimidad en los Plenos Municipales. Es manifiesto que bajó la tensión y bajó el nivel de grosería, de insultos y desprecios en los Plenos y en los medios. ¿Debido tal vez a la conveniencia del nuevo y circunstancial equipo de gobierno, o más bien se debe a una nueva oposición comprometida, honesta y respetuosa…?
-Todo es interpretable, dijo un amigo.
-Efectivamente, contestó otro, como interpretable es decir que Puerto Real está mejorando por el hecho de colocar unas macetas en las calles, mientras cada vez hay más farolas apagadas en el paseo marítimo. El nuevo gobierno es más estético, pero tiene menos luces.
Nuestro amigo tiró de símbolos y de ironía. Es verdad que la realidad encierra siempre una carga simbólica.
En el último Pleno Municipal se despidió el concejal de EQUO Alfredo Charques. Con la sencillez que le caracteriza entregó su acta de concejal: “Los cuatro años que he sido concejal del Equipo de Gobierno han sido los años donde yo personal y profesionalmente me he sentido más útil en mi vida”. Todo un símbolo de “gente corriente que está dispuesta a dedicar un tiempo de su vida al servicio público, sabiendo que un cargo público es más un compromiso que una oportunidad y es más una responsabilidad que una satisfacción”. Es la diferencia entre ‘servir generosamente a un pueblo aunque sea temporalmente’ y ‘ser un vividor de la política que se aferra a la poltrona’.
Aparte de que la democracia, como la vida, está tejida de símbolos, hay ‘Escuelas Ciudadanas’ en las que se dan talleres de “Aprender a relativizar”: Para que la ciudadanía no se deje arrastrar por cualquier imagen o promesa fácil; para saber distinguir entre lo superficial o mero entretenimiento y lo importante y fundamental; para saber diferenciar lo que es un compromiso o un proyecto político real de lo que es mera publicidad; para comprender lo que es participación ciudadana o es un simple papel de comparsa. Aprenderíamos a interpretar mejor las actuaciones del propio gobierno municipal y de los diversos organismos y servicios municipales.
Y aprenderíamos a valorar en su justa medida las simbólicas “tradiciones”: Una visión democrática y moderna entiende la cultura y las tradiciones de un país como un conjunto cambiante de discursos y de relaciones sociales. Es decir, que los valores y las tradiciones culturales no son bienes intocables ni inmutables, como nos venden algunos políticos. Las tradiciones son siempre revisables y muchas veces condenables. Porque avanzan los tiempos y crece la conciencia de los derechos humanos y sociales, que siempre deben primar sobre cualquier costumbre cultural o “tradición”. Por eso mucha gente está harta de discursos rancios sobre las ‘tradiciones arraigadas y populares’. Hay tradiciones trasnochadas y abandonadas, razón por la cual no seguimos siendo caníbales.
Los símbolos y manifestaciones de un pueblo ayudan a conocer a su población y a sus gobiernos.