No hubo lugar en los medios locales, ni hubo comunicados
solidarios por parte de los partidos políticos municipales u otras
organizaciones. Apenas tuvo eco en un pequeño grupo llamado Círculos de Silencio que se reúne
asiduamente en la Plaza de Jesús el primer miércoles de cada mes.
Sucedió
esta semana: Una veintena de inmigrantes
perdieron la vida cerca de nuestras costas. Al parecer, una noticia de poco
interés.
No,
tampoco hubo minuto de silencio por parte de nuestro Consistorio, como se hizo
cuando los atentados en Manchester, o en Barcelona y Cambrils, o por la muerte
de los dos trabajadores de la empresa EQM. ¡Cómo
se va a comparar a unos inmigrantes caídos en desgracia con las víctimas de
atentados terroristas!
Y
es que la muerte de inmigrantes en el Estrecho resulta tan corriente, tan
habitual que ya se convirtió en algo ‘natural’. Son muertes tan ‘normalizadas’ que se vuelven invisibles.
¿Tan
invisibles que no merecen ni una pequeña alusión? ¿Tan seguros estamos de que las
personas inmigrantes y refugiadas no son también víctimas de terrorismo?
¡Qué
vamos a hacer…! Nos educaron para ver de
cerca, sólo lo nuestro y a los nuestros. Y lo peor es que oficialmente
continúan fomentándonos la miopía social,
así sea contraria a nuestra condición de seres humanos.
Una
cuestión queda en el aire: ¿Por
qué hay categorías entre unos muertos y otros, entre unas víctimas y otras?
¿Es que unas son más importantes y dignas
que otras…?
Nuestro agradecimiento a Círculos de Silencio por su sencillo e incansable testimonio solidario.
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