Crece el olor a elecciones y,
por ende, abundan las impertinencias y sandeces politiqueras que la población ha
de soportar. Pero qué es o quién es un
político.
Valga de referencia la larga entrevista que Puerto Real HOY le
hizo al ex alcalde J. Antonio Barroso, de
paso por estas tierras.
Al preguntarle sobre el alcalde actual, el Sr. Barroso dijo:
“A mí me da la impresión de
que el señor Romero el principal problema que tiene es que no es un político.
Será cualquier otra cosa pero un político desde luego no, un político de raza…
Será otra cosa, una buena persona, un buen padre de familia, un buen miembro de
ONG tal o cual, pero desde luego un político no es. Lo que se tiene que
preguntar el señor Romero es ¿yo qué hago aquí?”
Barroso sí que se consideraba a sí mismo un político de
raza, dice que ‘la política era su vida’, y en otro momento hace una especie de
listado de cualidades del político: Que
posea capacidades intelectuales, políticas, ideológicas, de esfuerzo, de
trabajo, de dedicación, de inventiva. Así
es un político o un buen alcalde para Barroso. De hecho termina su
entrevista diciendo:
“Este pueblo se merece votar a la persona
que sea capaz de llenar de entusiasmo de nuevo la política de nuestro pueblo.
Una persona que sea capaz de garantizarnos que se va a converger con las
Administraciones públicas superiores y se va a buscar con ellas las soluciones
y demandas que este pueblo necesita… Y esa persona, si tiene el entusiasmo
debido, podrá ser el próximo alcalde o alcaldesa de este pueblo”.
Con todo respeto, surgen algunos INTERROGANTES y reflexiones: ¿Qué
es entonces un ‘político de raza’? ¿Es
cuestión de entusiasmo? Ojo, que conocemos a muchos gobernantes caciques,
machistas, embaucadores, elitistas, corruptos
y racistas que son muy entusiastas. ¿O más bien un alcalde debe tener, sobre
todo, sentido de responsabilidad, talante democrático y ejercicio y
administración transparentes?
¿De veras la clave de un buen
alcalde es saber converger con las
Administraciones superiores? ¿Aunque estén a la gresca entre ellas y
condicionadas exclusivamente por intereses partidistas? Ejemplo reciente es el proyecto de las Aletas: Varias
organizaciones, técnicos, organismos y el Ayuntamiento de Puerto Real convergieron
tras largo y minucioso trabajo en un proyecto alternativo (LARS). Pero, por
otra parte, también convergieron a escondidas el Gobierno Central y el Gobierno
de la Junta y se pasaron sin ningún escrúpulo el LARS por el arco del triunfo.
¿Y con qué criterios valoraremos
las capacidades de un gobernante (intelectuales,
políticas, ideológicas, de esfuerzo, de inventiva, de dedicación)? ¿Está más
capacitado alguien por haber sido tubero en astilleros, o gestor, o director de
un coro carnavalesco, o maestra, o trabajador social…? ¿O sólo valen los
criterios predeterminados por una de las partes?
¿Es peor político quien se
ofrece a prestar temporalmente un servicio al pueblo desde un cargo público,
que quien quiere vivir de la política buscándose en ella una salida económica?
Corren tiempos de falacias y
más en campaña electoral: de argumentos
que parecen válidos pero no lo
son, de mentiras para engañar a la población sin que ésta se dé cuenta, de
hablar en nombre de toda una población para defender lo que sólo es un proyecto
personal o partidista… Y toda falacia encierra un fallo en el razonamiento que
invalida un argumento formal. Con falacia el ministro Wert eliminó la filosofía
de los planes de estudio, ‘porque los jóvenes debían tener conocimientos más
prácticos para obtener trabajos de futuro’. ¿Acaso los jóvenes que no
encuentran trabajo es que no tienen conocimientos?
En resumidas cuentas, sabiendo que no vivimos con ‘Alicia en el país de las maravillas’, qué
capacidades pediríamos a la persona que pretenda ser alcalde de Puerto Real. Ustedes
dirán.
Como siempre, genial Domingo. El problema de este país son los políticos como, según dice el Sr. Barroso, tenemos. Hacen falta más como Antonio o, como a él le gusta que le llamen, Rori.
ResponderEliminarHa tenido fallos y aciertos a lo largo de Esta legislatura, pero lo que no se puede negar es su entrega y dedicación.