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sábado, 16 de noviembre de 2019

Sobre las últimas elecciones

Son diversas y notorias las sensaciones ante los resultados electorales: reacciones de rabia, sorpresa, enfado, contento, dudas, desilusión, fracaso, resignación
Quizás sirvan algunas reflexiones elementales:
   1. Los resultados no son producto de un fenómeno atmosférico, no los trajo un golpe de viento, ni son fruto de un sorteo o de una lotería. Son votos que personas adultas introdujeron voluntariamente en las urnas y se contabilizaron según la (discutida) ley electoral. Nadie obligó a nadie a votar o a no votar. Nos guste o no, esos son los resultados y son expresión ciudadana.
  2. Una cosa es la imaginación y otra la realidad. Mucha gente, de unos partidos y de otros, hizo sus elucubraciones a tenor de las circunstancias (cansancio de tantas elecciones seguidas, rebote por no pactar los políticos…). Pero una cosa son las fantasías, las ilusiones, los prejuicios y otra cosa es la realidad.
Sucede también con las frases bonitas: “En España hay una democracia consolidada”, “Cádiz es una provincia de izquierdas”, “Estamos hartos de políticos corruptos, que están al servicio de los ricos”… Pero, al final, los hechos desmienten teorías poco fundamentadas.
Cualquiera que observe los resultados dudará de todas esas frases: En esta provincia, la mitad de los votos fueron exactamente para el llamado bloque de derechas y la otra mitad para el llamado bloque de izquierdas. Incluso en el reparto de los 9 diputados ha ganado la derecha 5 a 4. Sin olvidar que VOX ha quedado el segundo. ¿Cómo es posible que en Cádiz tenga tanto respaldo un partido totalitario, machista y xenófobo de ultra-derecha? ¿Cómo explicar los 2.270 votos obtenidos por VOX en Puerto Real? ¿Cómo puede ser que en Andalucía quedara segundo el PP, después de tantos años de corrupción y engaños? Pues, esa es la realidad y no otra.
   3. No se vota sólo desde la razón. La gente no vota sólo desde la lógica y la razón, también vota desde la emoción y los sentimientos. Por eso tienen tanto efecto las campañas electorales, la publicidad, las opiniones de los tertulianos, los mensajes televisivos. Por eso se esfuerzan tanto los políticos para llegar a los sentimientos y a las pasiones, aunque sea con mentiras y datos falsos. Por eso lanzan tantas promesas a la población y a la vez tantos insultos a los adversarios, por eso pasean por los mercados dando besos y abrazos, por eso crean argumentos catastrofistas para originar miedo… Un estudio de Avaaz y Metroscopia concluye que 10 millones de votantes recibieron contenidos falsos por las redes antes de las elecciones generales de abril en España. Por eso cuanto más astuto es un politico, más se aprovecha de la ingenuidad de la gente.
   A modo de conclusión: Tal vez las elecciones son un baño de realidad. No se trata de resignarse ni de angustiarse, pero sí de ser conscientes de lo que hay, sin fantasías ni suposiciones. Partir de nuestra realidad nos ayudará a realizar mejores análisis, para trabajar por un cambio a mejor, para aplicar políticas sensatas y hacer frente a posturas antidemocráticas, para defender otros valores y actitudes en los diversos colectivos en los que nos movemos. Una misión de los políticos y de toda la ciudadanía.
OBSERVACIÓN INTERESANTE: Lo decía una señora en la puerta del mercado. ¿Para qué nos hacen votar a millones de españoles, si luego un puñado de dirigentes políticos decide si permiten gobernar o no y si nuestros votos valen o no valen. Pues, a la próxima, que voten ellos solos, que saldrá más barato. ¿Y a eso le llaman democracia…?




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