Ayer, domingo 17 de diciembre, una manifestación
recorrió la avenida de Cádiz hasta la plaza del Ayuntamiento. Una manifestación popular, pues había sido
convocada por 182 colectivos sociales. Una protesta de la sociedad civil. Tal
vez por eso hubo menos banderas, a diferencia de cuando convocan los partidos y
sindicatos.
El objetivo era denunciar el tremendo problema
del PARO en nuestra provincia: “Por el empleo, contra la precariedad
laboral y por la igualdad profesional de género”. Según la última EPA,
las provincias de Córdoba (30.2) y Cádiz (27.61) son las de mayor paro en
España cuya media es de 16,38.
Siendo tan real el problema y tan digna la
causa, ¿cómo es posible que apenas se manifestaran 2.000 personas? Fue una reflexión que se hizo gran parte de los
participantes (personas en paro, extrabajadores de Delphi, colectivos feministas,
pensionistas…). Le preguntaron a un pensionista ‘qué pintaba allí si él ya
estaba jubilado’: - “Estoy aquí porque también
los pensionistas estamos siendo marginados. Y estoy aquí porque estoy vivo y
tengo derecho a defender la vida y los medios de vida para todo el mundo,
incluidos mis hijos y mis nietos”. La
gente lo pensaba: ¿Cómo es posible que la población marginada por las
Administraciones Públicas se resigne sin más a seguir en este abandono? La
asistencia media anual al estadio Ramón de Carranza es de 12.990 personas por
partido.
Las cámaras detectaron la ausencia de representantes políticos y sindicales.
Algunos gritos les delataron: “Dónde
están, no se ven, el PSOE y el PP”, “Dónde
están, no se ven, Comisiones y UGT”. En el grupo de Puerto Real, uno de los
más numerosos, se encontraban varios miembros del equipo de gobierno, no así
del partido socialista o del grupo andalucista (ese día los andalucistas estaban
más preocupados por la ‘idoneidad del lugar para el aparcamiento de caravanas’
en Puerto Real). Quizás los políticos se temían las proclamas, como así fue,
contra el Gobierno central y la Junta de Andalucía, como principales
responsables de la situación.
Como es habitual hubo consignas, más o menos graciosas: “Contra el paro: lucha obrera”, “Igual trabajo, igual salario”, “El
capitalismo es terrorismo”, “Roban y roban y vuelven a robar, Rajoy en la
Moncloa lo vamos a desahuciar”…
El manifiesto final, leído por tres mujeres, repasó los problemas laborales de la provincia e invitó a la esperanza, ‘una provincia donde hay una vida rica, hermosa e imparable’: “Cádiz está agotada de esperar el final y se rebela pacíficamente porque no acepta ni un día más ser rincón del abandono… No queremos que nadie nos venga a solucionar el desastre que dejaron. No necesitamos expertos mundiales que nos cuenten lo obvio, aunque estamos abiertos a todo aquel que venga con soluciones reales. Tenemos los recursos humanos y naturales para salir adelante…”. Recordó las ‘123 propuestas de empleo para la comarca de Cádiz’ de estos colectivos y que no atendieron los partidos políticos mayoritarios en el Parlamento Andaluz y en el Congreso. Recordó la propuesta alternativa de Las Aletas. Y se preguntaba: “¿Qué más podemos hacer la sociedad civil gaditana para que le dediquen un poco de atención a los problemas que acucian a decenas de miles de jóvenes y familias?”.
El manifiesto final, leído por tres mujeres, repasó los problemas laborales de la provincia e invitó a la esperanza, ‘una provincia donde hay una vida rica, hermosa e imparable’: “Cádiz está agotada de esperar el final y se rebela pacíficamente porque no acepta ni un día más ser rincón del abandono… No queremos que nadie nos venga a solucionar el desastre que dejaron. No necesitamos expertos mundiales que nos cuenten lo obvio, aunque estamos abiertos a todo aquel que venga con soluciones reales. Tenemos los recursos humanos y naturales para salir adelante…”. Recordó las ‘123 propuestas de empleo para la comarca de Cádiz’ de estos colectivos y que no atendieron los partidos políticos mayoritarios en el Parlamento Andaluz y en el Congreso. Recordó la propuesta alternativa de Las Aletas. Y se preguntaba: “¿Qué más podemos hacer la sociedad civil gaditana para que le dediquen un poco de atención a los problemas que acucian a decenas de miles de jóvenes y familias?”.
Llamaba la atención un cartelón,
colgado a la espalda de un manifestante, reclamando el cumplimiento del
artículo 35 de la Constitución: “Todos los españoles tienen el deber de
trabajar y el derecho al trabajo…y a una remuneración suficiente para
satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda
hacerse discriminación por razón de sexo”. Efectivamente, por qué será que esta
Constitución tan ‘sagrada’ e incuestionable, que está por encima de todos
(personas, organizaciones e instituciones), es tan rígida e intocable en parte
de su articulado (sobre la Monarquía, el funcionamiento de las Cámaras, del
Poder Judicial,…) y a la vez tan endeble y vulnerable en lo referente a los
derechos ciudadanos (educación, sanidad, vivienda, trabajo…).